Ya llevamos más de un año atravesando una pandemia mundial pero ¿Qué hemos aprendido publicitariamente? Las personas cambiaron, la rutina es otra, incluso la forma de consumir los medios es distinta, por lo tanto, si las personas cambian ¿Por qué no nuestras marcas?
Aún vemos marcas y campañas que no se están adaptando a la nueva normalidad; y no, no me refiero a que pongamos a todos con mascarillas en nuestros spots de televisión, pero el lenguaje y tipo de comunicación debe ser diferente, más humano.
Hoy vivimos tiempos de incertidumbre, donde muchas personas han perdido sus empleos y con ellos sus esperanzas; ¿Por qué no ser más reales y hablarles a las personas con empatía?
Cabe recalcar que no todo es un error en la industria, hay muchos aciertos de empresas cuyas marcas han generado campañas con propósitos contundentes como “Nuestra Siembra” de Cervecería Nacional, “Primero tú” de Banco Guayaquil o incluso una muy reciente de Supán “Raíces sustentable” ¡Un aplauso a ustedes que lo entendieron todo!
Pero mi punto no va en que ahora todo debe ser una campaña con enfoque “social” o de prevención contra el COVID, sino más bien en buscar desde nuestro eje de comunicación, cómo podemos mejorar la vida de las personas, hacerla un poco más llevadera es la clave; podemos tan solo inyectar energía positiva con nuestros productos, mejorar la calidad de nuestros servicios ideándonos formas más fáciles y ágiles de llegar a las personas.
Hay muchas costumbres que nacieron desde el confinamiento y nos cambiaron para siempre, por eso hoy más que nunca debemos entender al cliente y ponerlo primero. ¿A quién no le gusta ir a un restaurante donde se cumpla el distanciamiento y las medidas de higiene adecuadas? ¿O saber que tu entidad financiera se preocupa por ti y no te obliga a hacer largas filas porque te resuelve los trámites online? Eso es lo que realmente crea un vínculo positivo con el consumidor, porque formas de ser más empáticos, hay miles.
Olvidémonos de las excusas y veamos qué podemos ofrecer, cuál es nuestro granito de arena para la comunidad. Dejemos de enfocar todas nuestras fuerzas en analizar un Excel con nuestros objetivos de ventas y empecemos a “vender” desde nuevas perspectivas, seamos más honestos y busquemos realmente crear marcas con propósitos que estén siempre orientados al consumidor y a conectar con él.
¡Nunca es tarde para empezar!