Hace pocas semanas se anunciaron al público mas servicios para disfrutar de los avances de la inteligencia artificial (A.I. por sus siglas en inglés) y como en cada paso que la ciencia consigue, los beneficios económicos no son muy ajenos a las expectativas del hombre. Nuevamente surge el cuestionamiento ético que ha acompañado cada logro en esta tecnología: ¿Hasta qué punto es válido utilizarla?

”Animal con cuerpo de mosca y cabeza de lámpara” por: Deepdreamergenerator
La Inteligencia Artificial
Es una aplicación del campo de la programación que consigue a través de un conjunto de operaciones o algoritmos la autonomía en el resultado de tareas planteadas. Aunque contenga programación dura y típica, la diferencia en la IA está en basar su proceso de decisiones al modo en que un ser humano lo hace, esto es; receptar la información, analizarla y en base a su experiencia o información de aprendizaje luego decidir.
Si estamos creando máquinas que piensan como muchos de nosotros y aprenden “objetivamente” seguro superarán nuestra capacidad de análisis, lo cual no sería muy difícil. Viviremos entonces algo parecido al reemplazo de ciertas destrezas físicas del hombre con la creación de maquinaria y robots al final de la época industrial. Deberíamos entender entonces que la data que aprenderán estas máquinas sea “la verdad”. Acá un primer dilema.
En la etapa inicial de esta tecnología vivimos una especie de entretenimiento, incluso ventajas comerciales con aplicativos que ayudan ya en varias industrias, como la evasión de fraudes, robots de chat, generación de imágenes, o redacción de textos. No faltará la opinión de que con este avance ahora la redacción de un texto bajó de precio.
Sobre el trabajo creativo
Una de las definiciones mas conocida para la palabra creatividad es; “…la capacidad humana de tomar decisiones distintas a lo convencional, ante una necesidad”. Partiendo de este concepto; los resultados entonces que se generan en un proceso creativo humano no siempre son los mas lógicos o comunes, reconozcamos entonces que esto último es lo que busca o paga un cliente. Sumemos ahora otra característica principal que diferencia la inteligencia humana y esta es la capacidad de imaginar, que pone muy por encima al hombre sobre las máquinas por lo menos en esta etapa.

Es irónico que los servicios de AI dedicados a la creación de imágenes utilicen la palabra “Arte” cuando las principales definiciones para esta tan pesada palabra la explican como una actividad o manifestación humana. ¿Cómo podríamos llamar a estas imágenes entonces? Tampoco podría ser una artesanía. Tal vez un término que insinúe lo lúdico esté bien.
Coincido con que para poder llamar arte a un trabajo “dos de las principales características que lo conforman deben ser la búsqueda de belleza y el trabajo en sí, que es la técnica o maestría que puede presentar un autor” (LESPER, 2019) pero como mínimo deberíamos sumar a esto su poder de imaginación. Entonces ¿deberíamos llamar Arte o Creatividad a cualquier resultado en estas plataformas artificiales por mas llamativas que sean?
La Publicidad no estará lejos del uso de estas aplicaciones, conocemos que a lo largo de su historia mas bien se va aprovechando de toda herramienta que pueda acelerar procesos de creación y “nunca hay tiempo” para perder. No juzgo la decisión de reemplazar el trabajo humano o pagar un poco por dejar de pensar, que ya sucede desde hace algún tiempo, pero usar términos apropiados en el uso de toda tecnología podría ayudar a que el Pensamiento Crítico no desaparezca por completo en nuestra sociedad.
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